E1_ Impresiones sobre una instalación



Las primeras obras de Boltanski tienen un toque fúnebre, existencialista y pesimista, lo cual ofrecía al IVAM una exposición bastante homogénea. No me es posible hablar de esta obra sin la primera impresión de la exposición, que comenzaba atravesando La traversée de la vie (2015).


Todo trata desde el simbolismo de estas obras, focalizadas desde el paso del tiempo, las entradas
y las salidas. En definitiva, la propia evanescencia de la vida quedaba clara cuando tenías que atravesar estos velos.




Volviendo a Reservée des Suisses morts, me encontré ante una serie de torres de cajas de archivo (que luego descubrí que eran cajas de galletas) apiladas con fotografías sonrientes de suizos, ya fallecidos. Tenía la impresión de que si se llegaban a tocar, podrían derrumbarse, lo que hacía un símil bastante acertado sobre la fragilidad de la vida humana.

Conforme ibas avanzando a la siguiente sala, te dirigías a un pequeño habitáculo compuesto por las mismas cajas, un pequeño laberinto en el que en cierto momento me vi totalmente rodeada de rostros, que de forma estrecha, provocaba cierta incomodidad y pesadumbrez.

Desde mi punto de vista, una instalación propiamente dicha provoca un reflejo en el espectador viandante. De este modo Boltanski logra una adaptación de la sala a la instalación (más notable en La traversée de la vie), pero sobretodo la adaptación de la obra al espectador.
Las altas torres, frágiles e inestables proyectan un reflejo del propio existencialismo pesimista de las tempranas obras del artista, que para mi experiencia, fue muy bien transmitida.

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